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der por él a estas comprometedo- ros y amigos más queridos. Yo, por do, como cada año, un artículo
ras preguntas, pero sí sé que eran mi parte, creo que es posible que para la revista del Centro, y luego
cuestiones que lo agobiaron en sus barruntara el inminente final de cambió de opinión o se olvidó de
últimos años de instituto. Unos di- una forma de vivir la enseñanza entregarlo? Quién sabe. Yo, por si
cen que su pesimismo acerca de que seguía siendo la suya, y de- acaso, sintiéndome (ilusamente)
que esta situación fuera a cambiar cidiera no seguir contribuyendo como un improvisado Max Brod
a corto plazo fue, efectivamente, más a su inexorable agonía. O, a salvando del fuego Una hoja vieja
la causa determinante de que el lo mejor, un poco de todo esto. de Kafka, voy a salvar esta otra
profesor K decidiera convertirse Nunca lo sabremos. O puede del profesor K de la basura, y la
en, lo que él mismo llamaba, un que sí. Porque, ¿era esa hoja vie- voy a entregar en la redacción
desertor de la tiza. Otros, sin em- ja del cajón de su mesa su inten- de la revista El perícano, a la que
bargo, opinan que fue la profunda to de explicación? ¿Era su carta probablemente estaba destinada.
consternación que recientemente de despedida? ¿Era simplemente A ver si hay suerte y la publican.
le produjo el inesperado falleci- basura olvidada? O, lo más pro-
miento de varios de sus compañe- bable quizás, ¿estaría preparan-
A 50 METROS*
En la noche respiro el aire marinero y sueño con
tocar el cielo, pero han pasado siglos y las estrellas
siguen escapando al roce de mis ramas. Amanece y
Sanlúcar se despierta entre magníficos monumentos
que han visto pasar la historia en un suspiro. Son los
que me mimaron cuando llegamos de América para
echar raíces en esta plaza.
Nosotras, araucarias, saludamos al Castillo de
Santiago, a las Covachas, Iglesias y Conventos, al
Palacio de Orleans y a la Parroquia de la O, que nos
recuerda al Castillo de las siete torres que murió con su flora y fauna que bebe del Guadalquivir. Y me
bajo la pisada del tiempo. voy durmiendo en esta acogedora ciudad.
“Abrid nuestras puertas de par en par a nuestros
visitantes”. *Este texto forma parte de un ejercicio de clase de
Anochece y mis ramas se vuelven hacia la playa lengua y literatura en el que se pidió, al semejanza de
porque el murmullo de la brisa del mar me mece al los que hacían los clérigos del mester de clerecía, que se
son de los cascos de los caballos corriendo entre el eligiera un monumento o personaje de Sanlúcar para a
agua y la arena. De la lejanía llega el eco de Doñana partir de él atraer a los visitantes a nuestra ciudad.
Ana Rocío Gascón. 1ºB.
34 | El Perícano digital | junio 2020